Basada en el libro ‘Fire in the Valley: The Making of The Personal Computer by Paul Freiberger and Michael Swaine’.
Después de el arranque del episodio piloto, vemos como rápidamente se nos presenta a los personajes se nos coloca en la situación de unos supervivientes que son acosados continuamente por las fuerzas alienígenas y que tienen que abandonar la ciudad para reorgaonizarse y formar un ejército. Uno de sus principales problemas es que los visitantes, cuando toman prisioneros les colocan una especie de implantes que los deja en un estado casi zombie y a la compeleta merced de la voluntad de los aliens. Aquí comienza la historia y no diré más para no spoilear la trama, que obviamente se va complicando conforme van avanzando los capítulos, sólo que lejos de ser uno de los puntos flojos de la historia, como puede parecer en un principio, acaba siendo precisamente una de sus mejores bazas.
Una de los grandes aciertos de Falling Skies es el planteamiento, el análisis y la descripción que hace de los extraterrestres. Este siempre suele ser uno de los aspectos más peliagudos en la ciencia ficción, el tratamiento de los alienígenas, atrás quedaron las visiones simplistas de seres humanoides con grandes ojos y la cabeza ovalada que no pronunciaban apenas palabras. Ahora es turno de que las series que apuesten por una temática como esta definan y caractericen a los seres de otra planeta casi tanto como a los humanos protagonistas.
En Falling Skies aunque se sigue ahondando en algunos de los tópicos del género si que se sabe, desde el principio, establecer un aura de misticismo en torno a ellos que va dando mucho juego a lo largo de la serie.
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